En 2011 cuando empezamos a llevar gente a lugares poco comunes y llamamos a nuestra compañía Uncharted no sabíamos que íbamos a cargar con una marca que sería maltratada constantemente. El tiempo que nos hubiéramos ahorrado si no tuviéramos que pedirle constantemente a la gente modificar en acuerdos, artículos y expedientes nuestro nombre mal escrito. ¡Las mordeduras de lenguas que nos habríamos evitado si nuestros clientes no siempre hablaran de sus "fantásticas vacaciones sin contratar"! No importa. Seguiremos con nuestro nombre de la misma manera como seguiremos con nuestra forma de viajar con la que nos hemos destacado desde el comienzo.